NARCOCULTURA

miércoles, 12 de enero de 2011

Celador ejecutado fue testigo indirecto de homicidio del “zar” pirata



 El jefe de turno de celadores del penal del Topo Chico que fue asesinado este martes en la avenida Fidel Velázquez, fue testigo indirecto del homicidio del “zar” de la piratería en Nuevo León.
De acuerdo al proceso que le iniciaron al homicida de Gabriel Ayala Romero, “Don Gaby”, el celador Camilo Domínguez Martínez estaba de turno cuando ocurrieron los hechos en el interior del penal.
Domínguez Martínez recibió informes directos de los celadores que descubrieron el cuerpo de “Don Gaby” y de inmediato supo quién lo había victimado.
Al momento de ser asesinado, Camilo Domínguez acababa de abandonar el centro penitenciario donde había concluido su guardia de este martes.
Ayer, cerca de las 20:00 horas, el celador circulaba sobre dicha avenida a bordo de un vehículo Caprice color azul. Desde un coche en movimiento, sujetos armados detonaron sus cañones en contra de él para después huir con rumbo desconocido.
Domínguez Martínez recibió dos impactos de bala en la cabeza que le ocasionaron la muerte.
Al penal por doble homicidio
El 3 de abril del 2009 Sergio Alejandro Cerda Colunga, de 28 años de edad, alias El Wiky quedó detenido porque él, en compañía del albañil Ángel Iván Martínez Carrión, de 22 años, alias El Duendecon domicilio en la colonia Topo Chico de Monterrey, balearon al taxista Samuel Guevara Castillo en la Colonia Balcones de Santa Rosa.
Tras el interrogatorio Cerda Colunga confesó una doble ejecución y delató a todos sus cómplices.
Los implicados fueron: Oswaldo Alejandro Muñoz Montoya de 28 años, alias El Valdo; Jesús Emmanuel López Alemán, de 20 años, alias El Meme; Paulo César Obregón Muñoz de 28 años, aliasEl Plo y Juan Alejandro Barraza Hernández, de 24 años, alias El Tabú.
Además declaró que primero mataron a Sergio Sosa Maldonado a pedradas, y más tarde asesinaron de un balazo en la espalda a Hugo Humberto Bueno Ávila, para que no los fuera a delatar.
Explicó que estuvieron ingiriendo bebidas embriagantes y drogándose con cocaína en la casa de Obregón Muñoz, y fue éste quien le reclamó a Sosa Maldonado y a Bueno Ávila que le habían robado parte del dinero que les dieron para comprar más cocaína y además de robarle también parte del polvo blanco, posterior a ello, entre todos los amigos mataron a sus otros dos "compañeros".


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