Acribillado murió el primer comandante del Sector Cuatro de la Policía de Tlaquepaque hoy por la mañana; su escolta, que apenas llegaba por él a su domicilio para comenzar juntos su guardia, resultó ileso del ataque de los sicarios, quienes al parecer tripulaban un auto tipo Caliber negro y una camioneta Suburban blanca, en los cuales huyeron a toda prisa una vez cumplido su cruento objetivo.
Los hechos ocurrieron poco después de las 6:30 horas, cuando el comandante, que en vida respondía al nombre de Juan Carlos Tafolla Espinoza, quien contaba con 42 años de edad, salió de su domicilio ubicado en el número 541 de la calle Santa Martha, a su cruce con la de San Alejandro, del Fraccionamiento La Providencia, en el municipio de Tonalá. Estaba a unos pasos de abordar la patrulla 1708, donde lo esperaba su escolta para partir juntos a trabajar. Su compañero fue identificado como José Antonio Vieira García.
El hoy occiso fue identificado en el lugar del homicidio oficialmente por su esposa Marta Martínez Valles, de 39 años, quien compartía el mismo domicilio con éste, que además agregó consternada que tenían tres hijos.
Aunque todavía al cierre de esta edición se desconocía el número de impactos que dieron muerte al oficial, mencionó el director de Protección Civil y Bomberos de Tlaquepaque, Manuel Nájera, que recibió uno letal en el tórax, a la altura del corazón. En la patrulla se apreciaban a simple vista por lo menos 15 impactos.
El escolta que ahora está como presentado, acompañó a elementos del Area de Homicidios Intencionales de la Procurardurí a General de Justicia del Estado para abundar las indagatorias del caso.
Cabe señalar que este comandante es el tercer servidor público ejecutado en la zona metropolitana de Guadalajara en lo que va del año.
En palabras del director operativo de Tlaquepaque, Marco Antonio Manzano, el comandante Juan Carlos Tafolla Espinoza: "era un ejemplo intachable y contaba con expediente limpio", pero tal vez para su infortunio estaba a cargo de una zona de alta peligrosidad, ya que es bien sabido que tanto en Miravalle como en la Colonia del Sauz se ejecutan múltiples y frecuentes hechos delictivos atribuidos al crimen organizado.
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