Los elementos de la dependencia federal son acompañados por Fernando Oceguera Flores, presidente de la Asociación Ciudadana Contra la Impunidad, quien reveló que hace días recibió una llamada anónima donde el interlocutor le aseguró que en dicho lugar estaba el cuerpo de su vástago.
Y es que Oceguera Flores desde hace cuatro años busca el cadáver de su hijo secuestrado por integrantes del crimen organizado y hasta la fecha no había tenido referencia alguna de su paradero y en la misma circunstancia se encuentran decenas de personas residentes de Tijuana.
Explicó que el desconocido que le llamó le aseveró que en esa zona de la presa estaban los cadáveres enterrados, incluido el de su vástago, además le dio señas de que habían sido inhumados abajo de las compuertas en las que están plasmadas unas letras de color azul y como referencia se dejó una hilera de piedras.
De ahí se presume que Oceguera Flores notificó a la SIEDO y la tarde del lunes arribaron ex profeso de la Ciudad de México cuando menos ocho agentes de la dependencia federal y desde la mañana de ayer acudieron al sitio para iniciar una acuciosa inspección en la zona.
Para tal efecto solicitaron el apoyo de elementos de la delegación de la Procuraduría General de la República y en conjunto habilitados con varillas metálicas comenzaron a clavarlas en diversos puntos del terreno en busca de alguna evidencia.
Sin embargo, en forma extraoficial se confió a este diario que al cierre de esta edición aún no encontraban cuerpo alguno a pesar del arduo trabajo que el agente del Ministerio Público del Fuero federal y elementos a su mando realizaban en el lugar.
Aunque en un momento de la búsqueda se estimó que habían hallado indicios de cadáveres sepultados en el sitio, solicitaron picos y palas para escarbar, pero según se confió con resultados negativos hasta el momento.
Oceguera Flores expuso que a partir del 2007 a la fecha ha tenido conocimiento de cerca de 300 desapariciones forzadas y lamentó que los mismos familiares realicen investigaciones para dar con el paradero de los cuerpos de sus seres queridos.
Cabe recordar que en su momento se achacó al llamado Cártel Arellano Félix, liderado por el ahora detenido Teodoro García Simental, alias "El Teo", haber deshecho cientos de cuerpos entre integrantes de bandas rivales y raptados en tanques con ácidos corrosivos.
Aún se recuerda a su esbirro, Santiago Meza López, mejor conocido como "El Pozolero del Teo", quien tras su detención declaró haber destruido cuando menos 300 cuerpos que le aportó la banda criminal, por lo que percibía un sueldo de 500 dólares semanales.

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