Uno de los empleados del autolavado Gamboa increíblemente logró sobrevivir a la masacre sin ningún rasguño porque fingió estar muerto. Ahora, José —nombre ficticio— da gracias a Dios por esta nueva oportunidad de vida.
Este hombre, aún temblando días después de la matanza, narra que no puede creer que esté vivo.
Para contar su historia, recuerda el terror que vivió al escuchar las ráfagas de cuerno de chivo, los gritos de angustia de los compañeros, todo el operativo de los asesinos.
“Aquella mañana del miércoles 27 de octubre —relata el sobreviviente—, como todos los días, cumplía con mis labores dentro del autolavado, donde también chambeaban varios compañeros como yo que estábamos en rehabilitación por drogas… había varios carros que lavar, y uno de ellos ya lo había terminado. Me fui a un puestito de frutas donde se encontraba el auto del que me tocaba tallar las llantas, cuando de repente se detuvieron unas camionetas de donde se bajaron los sicarios y comenzaron a disparar contra mis compañeros”, menciona.
De esa mañana de miércoles, cuando faltaban cinco minutos para las 10:00 horas, el sobreviviente recuerda los gritos de las víctimas aterrorizadas, pero también los de los pistoleros, quienes le disparaban “prácticamente a todo lo que se moviera”.
Actúa por instinto
Él se encontraba agachado, pero de un movimiento rápido y casi automático se tiró al piso para quedar en posición bocabajo y con los brazos extendidos para aparentar estar muerto.
“Estaban matando a todos y en mi mente algo me indicó que tenía que estar quieto para no llamar la atención de los asesinos y me hice el muerto”, continúa su relato José.
“Ahí cerré los ojos y no tengo palabras para decirle todo lo que sentí y oí en esos momentos”.
En el piso del autolavado se quedó quieto. Luego se percató de que los vehículos en los que habían llegado los sicarios se retiraban a toda velocidad. Después comenzó a oír a la gente acercarse; las personas comenzaban a salir de los locales y casas aledañas gritando con terror, se oían a la distancia. Luego, el sonido de las sirenas policiacas que se acercaban.
En el lugar había tres personas más que estaban malheridas y pedían ayuda. El sobreviviente se levantó despacio y, una vez de pie, miró consternado la escena macabra: 15 de sus compañeros yacían muertos tirados en el piso, sobre charcos inmensos de sangre.
“Pronto comenzó a llenarse el lugar de policías y después de paramédicos que se acercaron conmigo, pero les dije que no tenía nada, que nomás estaba asustado”, agrega.
A los pocos minutos, agentes policíacos lo trasladaron a sus instalaciones para interrogarlo. Él les dijo que no había visto nada.
Hoy, José se encuentra cerca de su familia y agradece a la vida por esta nueva oportunidad, a pesar de haber presenciado la escena más violenta y terrible de su historia, la masacre que consternó a Nayarit.
¯̿¯¯¯̿̿¯̿̿'̿̿̿̿̿̿̿'̿̿'̿̿̿̿̿'̿̿̿)͇̿̿)̿̿̿̿ '̿̿̿̿̿̿\̵͇̿̿\
No hay comentarios:
Publicar un comentario