La ciudad de Tula permanece fuertemente vigilada por fuerzas federales, así como por patrullas de la Coordinación Estatal de Seguridad y del municipio, luego de la ejecución de dos presuntos integrantes de la banda delictiva conocida como los Zetas, en el centro de esta demarcación.
Las corporaciones policiacas del estado y el municipio han instalado retenes en los principales accesos a la cabecera, donde realizan exhaustivas revisiones a vehículos y personas sospechosas, bajo la premisa de cero tolerancia, en cuanto a permitir la portación de armas de fuego y enervantes.
El primer filtro se estableció en la comunidad de Teocalco, sitio estratégico debido al paso del ferrocarril y en donde habitualmente es posible observar a diversos migrantes centroamericanos solicitando dádivas a los conductores. En este punto, policías, fuertemente armados han habilitado un sólo carril para controlar el paso de automotores.
Los gendarmes solicitan a los choferes identificaciones y proceden a inspeccionar los automotores, hasta el momento, sin precisar el número, fuentes adscritas a la Coordinación Estatal de Seguridad reconocen que han sido decomisadas armas de fuego, y pequeñas cantidades de droga, principalmente marihuana.
Por otra parte, es común en estos días los rondines que realiza el Ejército mexicano, abordo de patrullas artilladas, tripuladas por soldados parapetados con fusiles automáticos, escafandras y chalecos antibalas.
Dentro del mapa delictivo municipal, la Coordinación Regional de Seguridad identifica que las colonias La Malinche, San José, San Marcos, El Carmen, el Llano, Iturbe, y Santa Ahuehuepan, registran considerables índices delincuenciales, por lo que la presencia de militares y policías es constante.
En tanto, agentes de inteligencia de la Policía Federal, la Armada y la Marina, realizan labores de vigilancia a corredores y casas que se presumen son utilizadas con fines delincuenciales.
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