La banda delictiva denominada La Familia presiona y “compra la voluntad” de las personas para que salgan a las calles de comunidades michoacanas y exijan la salida de las fuerzas federales, denunció la Arquidiócesis de México.
Detrás de las manifestaciones de la semana pasada en Apatzingán y Morelia, “desafortunadamente hay dinero de por medio, que compra voluntades de algunos ciudadanos y que corrompe constantemente a muchas autoridades”, señaló el Arzobispado.
Las protestas surgieron a partir de un operativo de la Policía Federal el pasado 8 de diciembre en Apatzingán, en el que murió el líder fundador de La Familia, Nazario Moreno González, El Chayo.
En el editorial del semanario Desde la Fe, titulado “La delincuencia no tiene apoyo social”, se destaca que las protestas sorprendieron en México y el extranjero, porque se vieron imágenes con niños de ocho y nueve años de edad o personas de la tercera edad con pancartas en las que pedían la salida de las fuerzas armadas y la Policía Federal, calificando a dichos cuerpos de seguridad de ser los responsables de la violencia en la región.
En la publicación se insiste en que nadie puede pensar que los delincuentes tienen base social que aliente sus actividades ilícitas, porque aún no se ha llegado a la decadencia moral de una sociedad que esté de acuerdo con los criminales y reclame el retiro de las fuerzas del orden, aunque “existen autoridades y policías corruptos que hacen posible los movimientos” de los delincuentes.
Lo anterior porque las víctimas de los criminales son integrantes de la sociedad civil, como ocurrió en Tecalitlán, Jalisco, donde se realizaba una celebración a la Virgen de Guadalupe y se enfrentaron bandas enemigas dejando un saldo de 11 personas muertas.
Ejemplos como el anterior se encuentran en todo el país, pero especialmente en Michoacán, lugar “tocado por los criminales que están poniendo en peligro la vida de muchos inocentes y están acabando con la convivencia pacífica y el desarrollo de la vida, afectando las actividades educativas y económicas”, señaló la Arquidiócesis.
“Todos sabemos que detrás de éstas manifestaciones, aparentemente espontáneas, hay presiones de los mismos criminales hacia la sociedad, intimidándola para que pida la salida de las fuerzas del orden. También, desafortunadamente, hay dinero de por medio, que compra voluntades de algunos ciudadanos y corrompe constantemente a muchas autoridades. Ese es el verdadero poder de los narcotraficantes para manejar la situación de muchas comunidades” puntualizó el semanario.
La jerarquía católica ha expresado su apoyo a la decisión del gobierno de enfrentar con las fuerzas armadas a los criminales. Al mismo tiempo señala que hace falta una estrategia de mayor trascendencia para acabar con la violencia, más allá de la represión.
“Hace falta un mayor esfuerzo del Estado y de la sociedad para que todos los jóvenes tengan acceso a la educación media y superior y una mejor estrategia para crear empleos y desarrollo” agregó.
Es necesario, añade, recuperar espacios como parques, jardines, plazas, deportivos, calles y barrios enteros para tener la convivencia y la paz social que anhelamos.
La Arquidiócesis consideró que la mexicana es “una sociedad con ideales nobles y deseos de un verdadero desarrollo. Busquemos juntos superar los momentos negativos de nuestro presente hacia una realidad prometedora”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario