“Un muchacho que decapita a los hombres es una persona que tiene una conciencia totalmente atrofiada, por lo que más que estar en la cárcel debe ir fundamentalmente en un nosocomio para enfermos mentales y no dejarlo salir nunca”.
Señaló que este tipo de adolescentes deben ser tratados como enfermos mentales y no sólo como malosos, por lo que en vez de juzgarlos deberían encerrarlos en algún centro especializado como el San Bernardino “y nada más, pues de meterlos a la cárcel acabarán violados y golpeados y podría ser peor”.
Refirió que los tratamientos y la ayuda psiquiátrica y psicológica de la que pudieran ser objeto los menores infractores de acuerdo la legislación, debería de ser de por vida en estos casos y no sólo por tres años.
El obispo de Ecatepec apuntó que estos sucesos sólo se dan en una sociedad sin valores, de la cual los mexicanos ya forman parte, por lo que cualquiera puede llegar hasta donde quiera.
En este sentido, indicó que en el país hay muchas cosas por hacer, empezando por brindar una educación familiar y tener contacto cercano con los hijos a fin de que cuando salga un caso demencial se pueda tratar a tiempo.
“A los legisladores les corresponderá cambiar la legislación en caso de que los menores infractores de delitos graves deban ser juzgados como adultos. Pero al parecer los diputados tienen miedo a ser cambios”.
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